Betóbenz

¿LA VERDAD DUELE NO?
(31-DIC-2008)
Ojo: Comienzo diciendo que este relato en escrito son momentos reales que tú o alguna persona que conozcas lo ha vivido, lo está viviendo o también podría ser que lo viva algún día.
Todo empieza temprano; 4 ó 5 del día, aunque para algunos las seis no estaría nada mal, (RESPETABLE LECTOR PIDO QUE RETROCEDA SIETE PALABRAS); si, me estoy refiriendo a esa palabra. ¿Ahora ya sabe a qué género me estoy refiriendo? Continuando con el relato, a esa hora comienza un día muy fatigado por que no existe costumbre o es que el saber que tiene que mantenerse y/o mantener a un hijo(a) y para colmo al novio, conviviente o esposo se le hace un poco fastidioso.
Porque cada día es igual a todos, porque comenzar haciendo el desayuno es molestoso, tal vez obligado por las circunstancias que puede ser que planeaste o no, o por simple al tener luego que trabajar o seguir haciendo esos deberes que por tu sexo adoptaste una sexualidad y por ende debes de cumplir un rol adecuado a tu género.
Ya terminada la mañana, saliendo a penas un línea del reflejo del sol advirtiendo su llegada y tú apresurándote por que ya llega la hora del almuerzo, esa reunión en la que la mayoría de casos se hace en familia para recuperarse de esa mañana pesada y recuperar tanto ánimo como fuerzas para el transcurso de la tarde, mientras escuchas pasos a velocidad miras el reloj, bordea el medio día; si, es él, apresurado porque inmediatamente después tiene que regresar a su faena diaria la que hace para mantener una familia. Posteriormente regresas a las responsabilidades como mujer, pero decides parar porque ya pasó el almuerzo y son esos momentos que tú tienes valor para tomar decisiones y optas por tomar una siesta sacándote las preocupaciones de en sima, por que el sol es fuerte y ¿Te debilitas no? ¿Eso piensas? Si piensas así, entonces eres perfecta para describirte en este relato y seguro te sientes identificado con lo escrito.
Ya pasado algunos minutos o tal vez horas, es cuando te comienza a “remover la conciencia” y empiezas a abrir lentamente un ojo y luego el otro; te levantas rápidamente como una estrella fugaz asustada, temerosa y te preocupas diciendo aquellas palabras groseras que no te identifican como mujer y mientras las dices sigues perdiendo tiempo. Tratas de hacer tus cosas a la volada, en esos instantes aun estas con pereza y sigues haciendo siesta, eso si, solo por algunos minutos por qué no hay duda que tu conciencia te dirá: “Hey ponte de pie, ¿Qué estás haciendo? Reacciona!” ya levantada no te interesa lo que te interrumpa, ya perdiste bastante tiempo y no piensas perder ni un minuto más, y a lo loco vuelves a hacer tus cosas y tal vez lo primero que estás haciendo no es importante como lo que estás dejando, pero no le das prioridad a nada y luego te reprochan, pues es así, a veces sin motivo, pero lo hacen ¿Quién? No lo sé, lo sabrás según la situación en la que vivas.
Luego cuando es hora de cenar y el sol ya te abandonó, no te alcanza el tiempo para departir con tu familia y tienes que soportar no hacerlo por los deberes que no hiciste, porque te acostaste por segunda vez a descansar, lo que tienes que hacer en ocasiones que quieres estar con tus seres queridos o tal vez nunca debiste descansar en esa tarde por más soleado que haya estado y así hubieses dormido temprano para un nuevo día que volverás a repetir lo mismo, así sea domingo.
Ojalá que te sirva de reflexión aunque la verdad de vez en cuando duela.